Saturday, December 16, 2006

La dictadura del BCE, un artículo de Martín Seco
inSurGente.- "Una vez más, y tal como estaba previsto, el jueves pasado el Banco Central Europeo ha elevado el tipo de interés. Resulta difícil justificar tamaña decisión, como no sea por el dogmatismo del que suelen hacer gala las autoridades monetarias. En el último año, tras seis aumentos consecutivos, con una subida global de 150 puntos porcentuales, el precio del dinero se sitúa en el 3,5%. Y, lo que es aún peor, de las palabras de Trichet se deduce que en el futuro van a continuar los incrementos. (...)"
Estrella Digital.- Una vez más, y tal como estaba previsto, el jueves pasado el Banco Central Europeo ha elevado el tipo de interés. Resulta difícil justificar tamaña decisión, como no sea por el dogmatismo del que suelen hacer gala las autoridades monetarias. En el último año, tras seis aumentos consecutivos, con una subida global de 150 puntos porcentuales, el precio del dinero se sitúa en el 3,5%. Y, lo que es aún peor, de las palabras de Trichet se deduce que en el futuro van a continuar los incrementos.
El Consejo del BCE fundamenta la adopción de estas medidas en el, según él, fuerte crecimiento de los agregados monetarios acaecido en los últimos tiempos y que aconsejarían una política restrictiva. Hace suya la frase de Friedman de que “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario” y que, por tanto, existe una relación directa entre la cantidad de dinero en circulación y el nivel de precios. Para los monetaristas, la tarea es relativamente simple: si se quiere controlar la inflación, sólo hay que reducir la masa monetaria. Es este mecanismo el que pretende instrumentar el BCE. Considera que en estos momentos existe peligro de que la inflación se sitúe a niveles más altos de lo que sería razonable debido a que la cantidad de dinero en circulación es muy elevada. Conviene, por consiguiente, reducir ésta, aumentando los tipos de interés.
Tal argumentación presenta bastantes puntos débiles. El primero radica en creer que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. Nadie duda que las variables monetarias influyan en el nivel de precios, pero, al mismo tiempo, hay que admitir que éste depende también de otras variables, y si no, ¿cómo explicar que países con la misma política monetaria presenten tasas de inflación diferentes? Es bien sabido que España tiene un fuerte diferencial de inflación con las otras economías de la zona euro y, sin embargo, todos están sometidos a la misma política monetaria.
La segunda objeción surge de comprobar que la cantidad de dinero con lo que guarda relación es con el PIB nominal, variable compleja formada por el crecimiento real y el índice del nivel de precios. Una política monetaria restrictiva tendente a reducir la cantidad de dinero en circulación no tiene por qué traducirse de forma automática en una menor inflación, puede muy bien convertirse, al menos parcialmente, en menor crecimiento. La historia económica está llena de situaciones en las que las autoridades monetarias al practicar una política restrictiva, lejos de controlar los precios, han abortado una recuperación económica o han arrastrado a una economía a la recesión y al paro. De aquí el enorme contrasentido de que la Unión Europea al crear el BCE le haya encomendado como única finalidad el control de la inflación sin asignarle responsabilidad alguna sobre el crecimiento económico.
La tercera objeción parte de la propia imperfección de la política monetaria, por lo menos de la instrumentada por el BCE, que fija como variable intermedia la cantidad de dinero en circulación. Como afirma Galbraith, lo menos que se les puede pedir a quienes colocan el dinero como variable estratégica y principal es que definan correctamente lo que entienden por tal. Pues bien, lo que sucede es todo lo contrario. Pocas magnitudes han tenido que revisarse y cambiar de definición con tanta frecuencia como las variables monetarias. En un mundo financiero en continua ebullición y en el que permanentemente se están creando instrumentos financieros, resulta casi imposible establecer una delimitación correcta del concepto de oferta monetaria, y mucho menos que éste permanezca estable el tiempo suficiente como para poder fijar inferencias.
La cuarta incertidumbre se relaciona con la anterior y consiste en la enorme inestabilidad que caracteriza la demanda de dinero. Toda la teoría cuantitativa se basa en que la velocidad de circulación del dinero es estable. Pero en la actualidad cuando la economía y los mercados financieros están integrados globalmente no se puede estar seguro de que esta estabilidad se cumple dentro del espacio monetario. Los enormes movimientos internacionales con transferencias continuas entre diferentes monedas buscando condiciones más ventajosas en cuanto a tipo de interés y de cambio echan por la borda los presupuestos anteriores.
Si hace veinte años éramos muy pocos los que señalábamos que el Banco de España se había perdido en los ALPES (activos líquidos en manos del público, variable monetaria que nuestro banco emisor identificaba como dinero en circulación), hoy son muchas las voces que desde el mundo académico e incluso desde otros bancos centrales critican al BCE por seguir anclado en este tipo de política monetaria. Hay bastantes factores que indican que hoy en día esta política restrictiva constituye un grave error. La inflación se mueve en parámetros perfectamente tolerables; el euro está sobrevalorado, con el consiguiente perjuicio de nuestro sector exterior, y una política como la que sigue el BCE va a contribuir aún más a su apreciación; Europa se adentra por una senda de recuperación económica, recuperación que puede abortarse con las elevaciones de tipos de interés.
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha exhortado con toda razón al BCE a poner fin a su ciclo de endurecimiento monetario y a no continuar en el 2007 con esa política de subida de tipos de interés, ya que estas medidas revierten negativamente en los trabajadores europeos. Más clara ha sido aún, en Lisboa, la candidata socialista a la presidencia francesa, Ségolène Royal, al afirmar que Trichet no tiene derecho a dirigir la economía europea; este derecho, proclamó, corresponde a los políticos democráticamente elegidos.

Thursday, December 14, 2006

Publico la noticia sobre la subida de los precios de la luz por parte del gobierno:


El Gobierno sube la luz un 2,8% a los hogares y un 6,5 a la industriaAl final, se impuso el criterio político y la tarifa eléctrica subirá el 1 de enero una media del 4,3% y del 2,8% (en línea con el IPC estimado y según lo prometido) para los domésticos con menos de 10 kW de potencia contratada. La industrial sube por encima de esos porcentajes, un 6,5%. Estos incrementos, que se suman también al 2,8% promedio de la tarifa del gas, se revisarán trimestralmente.


Carmen Monforte / MADRID (14-12-2006)
Tras la alarma generada por la noticia de que Industria preparaba una subida media de las tarifas eléctricas del 10%, desmentida posteriormente por Moncloa, el ministerio de Joan Clos ha tenido que hacer auténticos encajes de bolillos para hacer cuadrar los intereses políticos (léase, electorales) y la necesidad urgente de frenar el déficit tarifario, que este año rondará los 4.000 millones de euros.
Finalmente, según el borrador del real decreto de tarifas que Industria remitió ayer a la Comisión de la Energía, la subida media para 2007, que será revisada al finalizar el primer trimestre, será del 4,3%, con una discriminación positiva para las domésticas con potencia contratada inferior a 10 kW, que se dividen en tres tramos. Así, para los consumidores con potencia inferior a 2,5 kW la subida será de un 2%, lo que supone extender la llamada tarifa social de 135.000 clientes (hasta ahora con 0,77 kW) a 4,5 millones. Para el siguiente tramo, entre 2,5 kW y 5 kW (potencia contratada para la gran mayoría, 15,3 millones de clientes), la subida será del 2,76% y del 3,31% para los casos en que la potencia se sitúe entre 5 kW y 10 kW.
Todo ello dará lugar a un incremento medio del 2,8% (0,74 euros de subida media al mes) para los consumidores domésticos, referenciado al IPC estimado para este año, que tanto había prometido el Gobierno. Además, se crea otro grupo de consumidores, el resto de los que tienen contratos en baja tensión (pro hasta 15 kW), a los que se subirá la luz un 4,26%.
En el caso de los conectados a media y alta tensión (la gran industria) el alza será la más elevada (el 6,5%). En este caso, según el ministerio, se establecen medidas compensatorias, como las cláusulas de interrumpibilidad o la discriminación horaria. También los domésticos podrán acogerse a este tipo de tarifas, con reducciones entre el 2% y el 8% para consumos nocturnos.
La gran industria, que rechaza también subidas por encima del 2,8%, 'dado el cariz electoralista que tiene la doméstica', según fuentes de estas empresas, encajará una subida superior porque 'tiene un mayor margen para gestionar su demanda y apostar por tecnologías eficientes', según una nota remitida ayer por el Ministerio de Industria.
Estas tarifas, que entrarán en vigor el 1 de enero, tendrán una validez trimestral pues el Gobierno va a establecer, a través de una orden ministerial que tramita también la CNE, un sistema de subastas de energía a plazo (trimestrales) entre generadoras y distribuidoras para ajustar los costes a las tarifas y frenar el déficit de tarifa. La distribuidora comprará a plazo la energía que necesite para abastecer a su mercado a tarifa en un trimestre y el precio pagado servirá de referencia para que el Gobierno fije las tarifas, con lo que se evitarán los déficit. La primera subasta se hará el 1 de abril.
El Gobierno también ha remitido a la CNE la revisión del precio regulado del gas natural (en estos momentos, hay media docena de tarifas) a partir de enero, que se salda también con una subida promedio del 2,8%. Las del gas natural se revisan cada trimestre y se referencian a los costes medios de las materias primas. Frente a las fuertes subidas que se registraron en 2005, este año, las tarifas de este combustible sólo experimentaron subidas en enero.Las nucleares se quedan sin 300 millones
El nuevo borrador del decreto de tarifas incluye la eliminación de la retribución por garantía de potencia de las centrales nucleares, que supone un hueco para la tarifa de unos 300 millones de euros y que las empresas eléctricas dejarán de percibir anualmente.
El secretario de la Energía, Ignasi Nieto, desveló hace unos días en un encuentro con representantes del sector eléctrico los deseos del Gobierno de revisar la metodología de retribución de la llamada garantía de potencia. Unos ingresos que las centrales eléctricas reciben en función de su disponibilidad, que supone un coste total en la tarifa eléctrica de unos 1.100 millones anuales.
Según el actual sistema, las centrales reciben garantía de potencia si cumplen con unos requisitos de operatividad mínima de 50 horas anuales. El sistema, en su origen, persigue incentivar a las centrales poco rentables y de escaso funcionamiento, pero que son necesarias en momentos con picos de demanda.
Sin embargo, en España, el mecanismo se pervirtió hace unos años cuando, a cambio de una quita en los CTC, el Gobierno del PP dio garantía de potencia a todas las centrales. Eliminar la garantía de potencia a las nucleares (el decreto de sobre energías especiales, también elimina la garantía de algunas renovables) no provocará, en opinión de Industria, distorsión de precios.

Friday, December 08, 2006

Hemos creado un blog grupal. Títulado petróleo2006. Allí desarrollaremos la metodología y el material de investigación que hemos utilizado para elaborar este trabajo relacionado con un tema tan crucial y contemporaneo como el petróleo.